1.4.06

NO ME LLAMES EXTRANJERO

No me llames extranjero, por que haya nacido lejos,
O por que tenga otro nombre la tierra de donde vengo
No me llames extranjero, por que fue distinto el seno
O por que acunó mi infancia otro idioma de los cuentos,
No me llames extranjero si en el amor de una madre,
Tuvimos la misma luz en el canto y en el beso,
Con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho.

No me llames extranjero, ni pienses de donde vengo,
Mejor saber donde vamos, adonde nos lleva el tiempo,
No me llames extranjero, por que tu pan y tu fuego,
Calman mi hambre y frío, y me cobije tu techo,
No me llames extranjero tu trigo es como mi trigo
Tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego,
Y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.
Y me llamas extranjero por que me trajo un camino,
Por que nací en otro pueblo, por que conozco otros mares,
Y zarpé un día de otro puerto, si siempre quedan iguales en el
Adiós los pañuelos, y las pupilas borrosas de los que dejamos
Lejos, los amigos que nos nombran y son iguales los besos
Y el amor de la que sueña con el día del regreso.
No me llames extranjero, traemos el mismo grito,
El mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre
Desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras,
Antes que vinieran ellos, los que dividen y matan,
Los que roban los que mienten los que venden nuestros sueños,
Los que inventaron un día, esta palabra, extranjero.

No me llames extranjero que es una palabra triste,
Que es una palabra helada huele a olvido y a destierro,
No me llames extranjero mira tu niño y el mío
Como corren de la mano hasta el final del sendero,
No me llames extranjero ellos no saben de idiomas
De límites ni banderas, míralos se van al cielo
Por una risa paloma que los reúne en el vuelo.

No me llames extranjero piensa en tu hermano y el mío
El cuerpo lleno de balas besando de muerte el suelo,
Ellos no eran extranjeros se conocían de siempre
Por la libertad eterna e igual de libres murieron
No me llames extranjero, mírame bien a los ojos,
Mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo,
Y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero.

RAFAEL AMOR®

3 comentarios:

el mono azul dijo...

Es alucinante, lo conocía.
Tanta verdad y tan dificil aplicarla sin prejuicios...

Lila Magritte dijo...

Cada vez se hace más importante abrir las fronteras de todo tipo. Así no habría extranjeros, ni exiliados, ni discriminados, ni marginados. Definitivamente hay que dejar de habitar este tipo de sociedades tan exclusivas y excluyentes.
Pero también hay que habitar con alegría y creatividad el territorio propio, el ser, que ante el drama de la existencia, es siempre un extranjero en sí mismo, y esa confusión latente que evidencia el sinsentido, complica bastante el día a día como para asumirse "parte de". Y entonces nos ocupa el cuerpo y el espíritu
el extranjero "habitual" que termina por dejarnos mudos, casi invisibles, mutando a perro de malas pulgas, a rata de alcantarilla, a toro furioso que las embiste contra la propia vida, o a insecto lamentable, como en el caso de Gregorio Samsa.

Anónimo dijo...

es una belleza, no la conocía. Es terrible que por intereses existan guerras por las que los seres humanos matan a hermanos, que eso es lo que tenemos que ser ya que vivimos individualmente una misma historia, y tenemos los mismos amores y tristezas. Sólo que en esos momentos parece que todo se olvida y se responden a otros mandos, detesto las armas, las discriminaciones, las luchas, las fronteras. ufff. Me encanta tu blog, yo no hago poesías, sólo pongo algunas en ciertas oportunidades y me gustaría linkearte para tenerte a mano, una vez me visitaste y el blog siguió y se me quedó tu comentario allí. Hoy me dedique a eso, a ver cosas que me había escrito gente que no conozco y que se me habían pasado, cariños de una compatriota a la que le encantan las poesías. Hoy ya no tengo tiempo de seguir leyendo, pero volveré :)