16.8.06

Eduardo Galeano


Nochebuena
 

Fernando Silva dirige el hospital de niños en Managua.

En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para festejar.

Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo queda en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón; se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la penumbra lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso.

Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:

-Decile a... -susurró el niño-

Decile a alguien, que yo estoy aquí.

6 comentarios:

Die Walküre dijo...

Cuando la muerte ronda,quizá lo que algunos sólo quieren pedir es un recuerdo...un darse cuenta que aún existen...
Cuidate mucho
Auf Wiedersehen!

Lila Magritte dijo...

Impactante, como la realidad de cada día en cualquier lugar del mundo.

Lila Magritte dijo...

Pasaba por aquí a saludarte. Tiempo que no sé de ti.
Abrazos.

Eva dijo...

Es que Galeano es muchos corazones en uno y completamente abrazos.
Mua! gracias pos recordarmelo.

Anónimo dijo...

Muy bueno..
Yo soy de esos que andan por ahi buscando cosas interesantes. Por cierto tu blog esta agendado.
gracias

Mel

Anónimo dijo...

Muy bueno..
Yo soy de esos que andan por ahi buscando cosas interesantes. Por cierto tu blog esta agendado.
gracias

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