Ayer te vi... No estabas bajo el techo
de tu tranquilo hogar
ni doblando la frente arrodillada
delante del altar,
ni reclinando la gentil cabeza
sobre el augusto pecho maternal.
Te vi...si ayer no te siguió mi sombra
en el aire, en el sol,
es que la maldición de los amantes
no la recibe Dios,
o acaso el que me roba tus caricias
tiene en el cielo más poder que yo!
Otros te digan palma del desierto,
otros te llamen flor de la montaña,
otros quemen incienso a tu hermosura,
yo te diré mi amada.
Ellos buscan un pago a sus vigilias,
ellos compran tu amor con sus palabras;
ellos son elocuentes porque esperan,
¡y yo no espero nada!
Yo sé que la mujer es vanidosa,
yo sé que la lisonja la desarma,
y sé que un hombre esclavo de rodillas
más que todos alcanza...
Otros te digan palma del desierto,
otros compren tu amor con sus palabras,
yo seré más audaz pero más noble:
¡yo te diré mi amada!
Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte )
Nació en San Justo, provincia de Buenos Aires, Argentina, el 13 de mayo de 1854 y falleció a los los 62 años, el 28 de febrero de 1917.
Almafuerte es el pseudónimo que mayor popularidad alcanzó, aunque no fue el único que utilizó a lo largo de su vida (sobre todo, en la actividad periodística).
Fue criado por parientes, ya que sufrió la muerte de su madre cuando él era aún pequeño y el abandono de su padre. La primera meta que se impuso fue la de destacarse en la pintura, pero no tuvo el éxito que esperaba: la beca oficial que solicitó para viajar a Europa le fue negada. Por lo tanto, siguiendo su vocación y sin título oficial, se decicó a la docencia: tenía sólo 16 años cuando comenzó a dirigir una pequeña escuela en Chacabuco (donde, en 1884, tuvo la posibilidad de conocer a Domingo Faustino Sarmiento).
Tiempo después, Almafuerte dejó esta ciudad para mudarse a La Plata: allí lo esperaba el diario "Buenos Aires" y, más tarde, la dirección del diario "El Pueblo". Su actividad periodística no fue demasiado extensa: sin embargo, desde ese lugar dio una intensa batalla y alentó a los jóvenes de la época, que más tarde participarían del movimiento revolucionario de los ´90.
Durante dos años -desde 1894 hasta 1896- retomó sus actividades en la escuela de la localidad de Trenque Lauquen pero, por temas políticos, fue dejado cesante.
Almafuerte tuvo cinco hijos adoptivos, lo que marca un gran contraste entre la enorme generosidad que tenía para los demás y la pobreza en la que se vio sumerjido casi toda su vida.
Publicó sólo dos libros en toda su vida; más que suficiente para que su obra sea juzgada por personalidades de la talla de Jorge Luis Borges o Rubén Darío, entre otros.
5 comentarios:
Gracias por tu visita a mi blog, Basko, y por tu lindo comentario.
Pero sobre todo por que con él me has traido hasta el tuyo, y he disfrutado enormemente leyendolo.
"Te vi...si ayer no te siguió mi sombra
en el aire, en el sol,
es que la maldición de los amantes
no la recibe Dios"....
Que grande.
Hermosa semblanza de un grande:Almafuerte.Saludos
Palabras poderosas que parece tener grabadas, memorizadas...como si su piel hablara y él sólo la dejase fluir...
Gracias por permitirnos conocerle...
Auf Wiedersehen!
Victor..
ando desvelada leyendo, releyendo vuelos ajemos, cuando los míos se han caído bajo la merma de los días.
Excelente la selección.
Adelante, amanece sobre el mundo
y la conciencia de la humanidad.
(ojalá estas palabras sean profeceia... y efectivamente la conciencia de los hombres despierte)
Un beso
sin alas de madrugada
Thelma
Para mi almafuerte es una literatura exelente me siento tan bien leyendo unos de los lidros de Pedro bonifacio palacios almafuerte.Felicitaciones a todos lo que conocen y leen esta obra.
Yo sé que la mujer es vanidosa,
yo sé que la lisonja la desarma,
y sé que un hombre esclavo de rodillas
más que todos alcanza...
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